Pictures de Mandla Reuter es la transformación de un piso privado de Madrid en un cine que muestra películas comerciales en cartelera que al mismo tiempo se están proyectando en las salas de cine de Madrid y en el resto del mundo. Un gran letrero luminoso colocado en la fachada del edificio anuncia la película que se está proyectando y conecta el interior del piso convertido en sala de cine con el exterior de la ciudad.
En lugar de comentar la falta de espacio, Pictures negocia con ideas sobre el acceso y las posibilidades del espacio. Se borra la privacidad para posibilitar una intimidad en el espacio público: se podría decir que el trabajo no ofrece tanto un servicio público como un ‘servicio íntimo’. Sin embargo, esta intimidad obtiene una función de doble filo en relación con el glamour de Hollywood que pretenden transmitir las grandes dimensiones y la arquitectura particular de los multicines. ¿Qué aspecto tendrán las grandes estrellas de Hollywood cuando queden comprimidas en un pequeño piso de Madrid? ¿Seguirán siendo la principal atracción del lugar o será el gran proyector el centro del escenario? De esta forma, Reuter está realizando una versión de la industria del cine muy parecida a la forma en que Andy Warhol inventó a sus propias ‘pequeñas estrellas’ en películas como Chelsea Girls, un drama de armario en el cual los actores proyectaban sus personalidades glamourosas mediante la improvisación. En Pictures de Reuter lo que se pone de nuevo en juego es la cohabitación con el estrellato mediante una especie de parasitismo alegre sobre el ilusionismo de la industria de la cultura.
La transformación del espacio se alinea con otras obras de Reuter, en primer lugar y principalmente con Invitation (con Alexander Wolff), en la cual se repartieron 400 llaves junto con una tarjeta de invitación a un piso de Varsovia. Su predilección por la industria cinematográfica también es evidente en 3105 Cinestar-Original (2006), que consiste en una banda sonora de una película comercial que se reproduce en una galería de arte. Acompañada por las toses del público y el crujido de las bolsas de chucherías, la banda sonora se convierte en una especie de “confección contaminada”. Al elevar la banda sonora, se lleva a cabo un traslado de espacios: el espacio ilusorio de la industria cinematográfica se añade a la galería, mientras que se aporta y se deniega al mismo tiempo el recuerdo de la película.
La actitud ambivalente de Reuter hacia el material del que se apropia se puede enmarcar en el término híbrido de Jacques Derrida ‘hospitalité’, que denota una hospitalidad incondicional que juega con el hecho de que ‘hospitalidad’ y ‘hostilidad’ proceden de la misma raíz ‘hospis’. El proyecto de Reuter, que se basa en la apertura, en la hospitalidad y la inclusión totales, también se convierte en un escenario público en donde se pueden manifestar los sentimientos democráticos de formas pacíficas y también potencialmente antagonistas.
Lars Bang Larsen
c/ Antonio Acuña, 18 7º Dcha, 17:H
8,15 y 22 de febrero: 19 H.