La idea de esta propuesta es que la intervención a la Casa de América no sea una obra primordialmente para ser observada, sino invertir esa relación y utilizar la obra para desde ella observar la ciudad de Madrid y contemplar los eventos de su cotidianeidad urbana.
La intención de este proyecto es la de reconocer y utilizar la fachada de la Casa de América como un sitio estratégico -de grandes cualidades- para observar uno de los puntos urbanos mas emblemáticos de la ciudad de Madrid, como es la Plaza de Cibeles, el paseo de Recoletos y Calle de Alcalá; desde una altura y puntos visuales que son normalmente poco accesibles.
Se propone la edificación temporal de una estructura de andamios (accesible y segura) para uso del público en general, que podrá desplazarse en los distintos niveles y volúmenes de la estructura.
El proyecto es una obra que activará la fachada de la Casa de América y el lugar mediante su función y su uso, modificando las relaciones pre-existentes de la ciudadanía con el sitio.
Ofrece y propone una manera diferente de volver a ver su ciudad y su arquitectura, una posibilidad de dialogar mas activamente con el paisaje urbano de Madrid.
Los andamios encubren y significan ciclos de actividad y cambio. Son espacios urbanos subutilizados, impermanentes, miradores nómadas que ofrecen por algún tiempo definido, vistas específicas de la ciudad que no se obtendrían de ninguna otra manera y pasan inadvertidas.
Una desapercibida característica general de las grandes ciudades en Europa es la cantidad de andamios que predominan en las calles, áreas completas de limbo que cubren una gran cantidad de edificios (muchas veces los mas emblemáticos o de mayor valor histórico).
A quienes pasan por los alrededores solo se les permite apreciar algo equivalente a la parte trasera de un espejo, convirtiéndolos así en lugares sin lugar. Un edificio rodeado de andamios es comúnmente un no-evento visual en el que el ojo cotidiano no percibe casi nada.
Fachada de la Casa de América, Plaza de Cibeles.