Considera que el arte y la arquitectura hoy en día deben revelar el conflicto territorial e institucional, como herramientas operativas para redefinir las prácticas de intervención en el ámbito público. Defiende que para promover sistemas alternativos de sociabilidad y activismo, los avances en el diseño deben suceder después de la reorganización de las estructuras políticas y recursos económicos vigentes.